domingo, 19 de agosto de 2007

Hugo y su lata

A ver… los osos siempre han traído consecuencias insospechadas dentro y fuera de las relaciones y cuasi relaciones amorosas. Ja y en ciudades como estas, donde las grandes cadenas de regalos para tórtolos no existen, buscar y entregar presentes pueden traer más de una sorpresa.

Díganme romántico, templado o cursi, pero muchas veces malgastamos el billete en chelas, videos piratas o simplemente cigarros (saquen su cuenta los que fuman) en vez de regalarle una sonrisa a una flaca o tal vez hacerla renegar un poquito. Aquí algunos recuerdos de los últimos y recientes envíos en la ciudad

Fue a principios del 2004 que tuve la “brillante” idea de enviarle un ramo de rosas blancas a una morena en esta ciudad. ¿Las rosas blancas, significan Matrimonio? Mi celular obviamente nunca sonó y créanme, yo también me hubiese sorprendido si unas horas después del envío, la peculiar morena se paraba en la puerta de mi casa con una sonrisa de oreja a oreja diciéndome: “Acepto”. Después de ese incidente opte por buscar en Internet el significado de las plantitas y así evitarme malos entendidos, sin embargo el día que ví entregar a “El Gran PP” una rosita de chocolate de cincuenta céntimos a su flaca por su tercer aniversario de enamorados opte por complicarme menos la existencia. Cambie las lujosas tiendas por el mercado de Wanchaq y las elaboradas tarjetas por mensajes en pedazos de cartulina, quizás debí también no esperar momentos típicos para los envíos y realizarlo simplemente cuando me daba la gana.

Obviamente mientras recordaba los envíos realizados como no agradecer a mis amigos que buenamente realizaban la labor de Delivery: Buena Chato Wiese y Willy, existe una deuda pendiente, ya que es jodido pasar por la plaza de armas del Cusco con un ramazo de flores y de allí trepar toda la cuestaza de San Blas por una flaca que no es la tuya. Claro esta que no siempre uno regala plantitas, también he pasado horas buscando cds, libros, fabricando tarjetas, en fin tanta vaina para que al final muchas de las descendientes de Eva, vivan sólo en el recuerdo de una canción, de una fotografía o tal vez estén eliminadas de nuestro conciente para evitar una contracción del que bombea no sólo sangre sino también más de un sentimiento, pero igual aunque suene a resentimiento y arrepentimiento; creo que siempre vale la pena; al menos puedes escribir una historia algún tiempo después.

Y es que a veces una gran pelea puede terminar con la llegada de un simple oso de peluche o tal vez generar una gran confusión, así le sucedió a mi buen amigo Hugo. El, famoso por sus habilidades de fabrica en cuanto a problemas sentimentales se refiere, se disponía como siempre enfundado en su elegante smoking y provisto de un ramo de rosas rojas a robarle la sonrisa a la damicela confundida.

Era una tarde de domingo sin brisa de mar, ella muy lejos de casa y el en casa, dispuesto a recorrer miles de kilómetros con tal de estar a su lado. Sin embargo algo no andaba bien, Hugo lo presentía, podía dejar su smoking, ponerse un jean con chalina y estar como brichero, pero esa tarde el atuendo que forzosamente debía vestir no era el de siempre. “Por favor no...” gritaba pero no lo escuchaban, ¿Cómo no me escuchan? si soy Hugo, pensaba tristemente y eso se dejaba ver en sus ojitos brillantes, aunque algunos asumían que los destellos de sus pupilas eran dulzura y no tristeza. Así se fue avergonzado y sin el glamour de siempre.

Llego al hotel y luego de unas preguntas en la recepción, el momento de la verdad se acercaba, todos estaban ansiosos y querían ver el encuentro. La recepcionista lanzaba un suspiro y en voz alta con las manos entrelazadas aconsejaba: “Ese chico vale ahhhhhh…” Hugo, hizo su aparición, pero no era el de siempre esta vez tenía el look de una chica playboy, completamente maricón. ¿A que hombre se le puede ocurrir regalar al buen Oso Hugo en Tanga y con orejas? Así el buen Hugo venga en lata de Rosatel, no se puede desprestigiar a tan memorable personaje. Unos minutos mas tarde llegue al Hotel y me preguntaron si yo fui el encargado de enviar al buen Oso a la fémina. Imposible. Créanme, me gusta dar obsequios, pero el pobre Oso Hugo quería estar sólo en su lata y no ser visto en esas trazas, es por ello que luego de mirarlo, me ofrecí a embarcarlo de forma segura al Cusco y evitar que siga pasando más vergüenza, así piensen que yo era el remitente de tal espectáculo.

Oso Hugo, espero que luego de estas líneas los galanes del nuevo milenio te revaloren, es más, he decidido publicar sólo aquella foto donde sales elegante y glamoroso confiando en que las personas que lean esta historia, sepan darte tu lugar. Insisto... jamás regalaría un oso vestido de conejita, créanme. Oso Hugo he aquí a tu hincha.


El Mayki

2 comentarios:

Anónimo dijo...

a que se debe eso? como es la chica? que paso con ella? existio colera en ti ? para que te llegue tanto lo que paso aquella fecha?

Anónimo dijo...

Se me hace conocida esa lata... a mi tmbn me intriga lo de la chica... ¿que fue de la tia?