domingo, 17 de febrero de 2008

Se me olvido olvidarte

Frase hecha 1: “Escapas a los problemas” ¿Realmente uno puede escabullirse? Lamentablemente el taparse los ojos con las manos y ponerte de cuclillas en un callejón es un trucuñuela poco eficaz cuando dejas entre abierto un libro.

Así pise por segunda vez la ciudad del buen Cahuantico. Aquella noche el equipo del cholo bailaba huaino en el Monumental de River y en el Cusco una buena señora me llevaba en una camioneta decorada para la ocasión. El griterio y entusiasmo que se respiraba en cada esquina, no dejaba que las voces del pasado se escucharan a la distancia.

Y como dice el título del blog: “Parece ayer cuando llegue”. Parece ayer cuando completamente desquiciado por la negra preferí pasar el 24 de diciembre fuera de casa y tan sólo unas noches después este mismo personaje toneaba en Urubamba no precisamente conmigo. Parece ayer cuando secaba, una tras otras, las lágrimas de la chata mientras yo maldecía injustamente a la funcionara que veía con malos ojos la relación y claro días después paseaba de la mano de un mojón minúsculo pero efectivo. Parece que fue ayer cuando una lluvia malogro el concierto de Gianmarco y sorpresivamente me trago una linda compañía, lastima que fuese también sorpresiva su partida. Parece que fue ayer cuando una noche no dije las palabras exactas y fui, como tantas veces, un asno con mi vocabulario y tan poco galán en un concierto de Amén no hace mucho.

Cuando juegas a las escondidas con el pasado, mas temprano que tarde, este te da el ampay. Si, en esa noche que debiste tomarle la mano y decirle que te quedabas o que simplemente renunciabas tu trabajo y a todo sin temor a nada. Allí mismo el puto pasado te toca el hombro. Y allí estas, complicado como una mierda y la jodes.
No se si a todos les suceda lo mismo, de ser cierta la afirmación anterior, lo disimulan muy bien.

Tampoco hay que ser victima también la pasas bien fuera de casa, los amaneceres entre carcajadas, las vistas nocturnas a la ciudad desde San Blas, las gotas que empapan tu ropa mientras te da un ataque de risas o simplemente caminando. Caminando como tantas veces sin un rumbo fijo, por el simple placer de andar, con la mente en blanco y dejando que la ciudad te sorprenda.

Frase hecha 2: “Siempre estarás en mi corazón”. Es bueno pedir a la poetisa mediática, ¿Por cuanto tiempo? ¿De que forma? Hace cuanto no me llamas tan sólo para decirme ¿Hola, esta vivo?...
Oye, sabes ayer soñé contigo…
O... Diantres, Estaba tirada en mi cama y quería que me cuentes un cuento. Si puedes hasta que me duerma…
Oigan no soy Gil (Pobrecitos los Giles con DNI, ¡Qué estarán Pagando!) se como funciona el olvido y el recuerdo, luego de que dos personas deciden tomar caminos opuestos.

Frase hecha 3: “Debes cerrar el libro” tal vez Pedrito Suarez este maldiciendo el día que escribió aquella cancioncilla melodramática y le recuerde a la bendita flaca que irónicamente le ha dejado el libro abierto de por vida.

Ya no vivo en Cusco y creo que es razón valedera para cerrar el blog, para dejar todo lo bueno y malo en mi poco frágil memoria. Guardar cada beso e intento fallido de beso en el techo de mi cuarto, empaquetar cada salud en el estuche de la guitarra, embolsar los abrazos verdaderos de los que a pesar de la distancia metieron su “Luca”, gorrearon teléfono de la chamba o lograron presionar atléticamente las teclas de su celular por mi cumpleaños (10 de Febrero).

De vuelta en la ciudad comprendo que siento que parte de mi quedo allá y un tantito Cusco se camuflo en mi maleta y que una vivirá, aún no se como, conmigo. El libro esta cerrado sin embargo se abre cada cierto tiempo para escribir historias nuevas, quizás con algunos protagonistas del pasado (Eso si no lo veo mal). Nunca puedes retomar una leyenda con el mismo encanto de la noche de la creación, pero si pasar la página y con una en blanco escribir la historia mas maravillosa del mundo.

Hasta luego Cusco, hay mucho que escribir por el momento de Lima, sin embargo espero puedas desprenderte de algunos de tus hijos e hijas y me permitas devolverles a ellos por ti, todo lo que hiciste por mi.

El Maiky

P.d. Escuchando Gianmarco salió el titulo de hoy “Se me Olvido Olvidarte” (También frase hecha)

lunes, 31 de diciembre de 2007

El Chato Carsa y su origen

Las fiestas de fin de año traen al menos a mi hogar Panetón, un poco de lechón y por supuesto el plumifero e infaltable Pavo el mismo que a estas alturas debe de haber saturado nuestro estomago, así como nuestro olfato. Relatar algunas de las historias con nuestro amigo de moco constante no sería lo mas adecuado en este blog dedicado a las historias del Cusco; sin embargo desde hace algunas temporadas no hay navidad que reciba la visita de un personaje particular, el mismo que debe contar con media docena de atributos comparables con nuestro tradicional Pavo Peruano.

A ver… para ello moveremos las nueronas y la imagen de la reciente inauguración de la discoteca Mithology viene con facilidad a mi mente. La noche aún era virginal, pocas bricheras marcabas con antelación a sus victimas, mientras yo disfrutaba de una conversación con la cuasi dueña de la sanguchería que pintorescamente se había instalado dentro de la discoteca. Esta limeñita de cabello corto y sedoso se movía con la agilidad de un cascabel mientras preparaba cualquier sándwich de pollo; llevaba dos noches escuchando aquella grave vocecilla agradable y dado que su relación estaba recientemente finalizada era el momento oportuno para el ataque.

Pedí un sándwich de pavo y casi al instante el ejemplar responde al llamado, atolondrado, con cara de inocente y con andar peculiar, mi buen amigo “Chato Carsa” ingresa a la discoteca. Se para al costado de la barra y no pronuncia palabra alguna. Movió horizontalmente su cabeza un par de veces y trataba de llamar nuestra atención.
La flaca afilaba su cuchillo mientras el pavo de 20 años inclinaba su cabeza de abajo hacía arriba en un intento desesperado por llamar su atención.

-Chochera, ¿Buscas a alguien? Pregunte, pues el percibir que serás picoteado o que van a cagar detrás de ti, es algo desesperante.

-No Loco, todo está cachete, soy pata de la costilla. Puta y la huevona quiere unas huevadas de Carsa. Listo 85% de su léxico podría ser inentendible.

La nena se acercó y con la ternura que la caracterizaba, le invitó un trago. Mi parte racional no comprendía como este tipejo no se daba cuenta que era el peor momento para cerrar un negocio. Interrumpía un momento cósmico y a su vez no recordaba que los socios (la nena y su exnovio) se encontraban separados.

Ella tomo mi mano, inclinó el rostro unos centímetros y con una leve mirada me pidió comprensión. Asentí y a petición de la gatita empecé una conversación. El buen chato habló toda la noche de las ventajas que tenía sacar artículos a crédito en aquella tienda comercial. Tenía ya más de cuatro horas y el seguía enseñando una y otra vez el catálogo a cuanto individuo pasaba por la discoteca, mientras que las bricheras intentabas por todos los medios enseñar su pezones a los gringos que ahora veían el catálogo con inusual interés.

El momento había sido arruinado por completo y la gatita tan sólo tenía tiempo para atender pedidos. Tome un cuchillo y quería contarle el cuello al remedo del ave insignia de las fiestas de fin de año; sin embargo una tomada de mano y otra mirada comprensiva de la gatita me insto a regresar al día siguiente.

Y así sucedió al día siguiente estaba nuevamente en la barra con ella tomando un mate de coca y luego de unos minutos el “Chato Carsa” repetía el ritual, al día sub-siguiente la misma situación y sin darnos cuenta ya teníamos una semana con la sucursal de Carsa instalada dentro de la discoteca.

Jamás logró vendernos un sólo artefacto y dudo mucho que hubiese logrado cerrar algún negocio en ese tiempo. Lo que si consiguió fue alegrarnos algunas noches con su particular modo de ver el mundo y la vida. Interrumpiendo con su pico impertinente más de una conversación y siempre, eso sí, alegrando con sus glugluteadas alguna reunión y sobretodo extendiendo su ala; así le sea dificultoso caminar cuando uno necesita ayuda.

Ya se alejo del Cusco y es un poco difícil verlo con frecuencia, sin embargo sea fiestas navideñas o no, tiene a bien venir a macerarse en Casa; es más trabaja a tres casas de la mía y ahora mientras escribo el blog mira la televisión echadazo en un sillón. Ojala y hoy en alguna fiesta (Si es que vamos) su pico no se abra mucho y no gluglutee demasiado. Hace unos años en una fiesta de año nuevo a una flaca bailando, le dijo al oído, que se manejaba un rico cul… Pero esa es otra historia

El Mayki

lunes, 3 de diciembre de 2007

Confesiones de Veranillo

La música estaba bastante alejada de nuestro point, en realidad apreciaba que fuese así, pues nos permitía departir de un roncito y una buena conversa al Chin y a mí. Tenía un poco de frío y no dejaba de mover el pie; reconozco que la ansiedad por momentos me sacaba de la plática y si mi cuerpo me pedía dormir, todo lo intangible que existía dentro de mi clamaba mantenerme en pie. El teléfono, como era de preverse, nunca sonó; pero esa necesidad extraña, compleja e incomprensible de las chicas por botarlo todo, la hizo aparecer en un sábado a la 1 de la mañana en la puerta de casa.

Deje el vaso y corría al auto, ella bajo la ventana, me miró y allí estábamos, con el alma destrozada, yo por ella y ella por otro huevón. ¿Qué podía hacer? ¿Subir al auto, dejar a mi pata e irme a escuchar sus lamentos?, ¿Ser el consolador mediático?, ¿Ir y destrozarle la cara al maldito que no la trataba cual princesa?

No hablaba, tan sólo me miraba, cogía mi mano y lloraba. Intente con mi torpeza característica, ser aquel motivador enérgico, firme y duro estaba dispuesto a escuchar cada una de las palabras que explicarían que ella este tan lejos de casa y con el poco rimel que usaba, sobre las yemas de sus dedos.

Volteé y la música ambiental del auto del amigo de hermano, sonaba con mayor fuerza, el Chin prendía un cigarro y ante cada intento de mi parte por encontrar razones lógicas (muy propias de los idiotas, en el amor eso no existe) a su sufrimiento y sobretodo a mi presencia; lo único que recibía era apretones de manos continuos y mis oídos percibían desgarradores – Cállate por favor… Miguel Hugo tan sólo cállate – La mirada de Chin y los treintañeros amigos de mi hermano eran cada vez mas intimidantes. En aquella época el amor en el barrio era algo reservado para los débiles de carácter. Regrese la mirada y la cagada. Ella lo sintió, vio en mis pupilas al mojón que por entonces era o tal vez soy. Soltó mi mano, encendido el auto y partió. ¿Qué podía hacer? Tenía las llaves del auto, más no el permiso; tenía dinero para el taxi, más no las agallas (Los huevos, acota el Maiky del 2007) la tuve a ella, más mis dudas me tuvieron a mi.

El tiempo pasó por demás rápido y con los años; además del invaluable comentario de muchas damas; existen momentos que necesitan de nosotros sin importar nuestra categorización: Ex, amigo cariñoso, afán jodido, admirador… no importa, tan sólo nos necesitan y allí, casi siempre, nosotros. Si, nosotros: La cagamos.

- Hola Miguel: ¿Sabes, no se qué ponerme?, ¿Estarás allí no?- con esas palabras inicio una conversa tan jodida como la del relato anterior. La actitud del relator no distó mucho de la de algunos años atrás. El resultado: El mismo. Y es que existen códigos sociales (Que las mujeres no comprenden) que pueden destruir nuestro Ego y por ende nos lleva a tomar decisiones estrictamente racionales.

Sin embargo, cuando un hombre y una mujer, sienten que cambian cuando están con la persona indicada; lo racional pierde valor.

Se que el arrepentimiento no devolverá la ceremonia a la agasajada y que tal vez estuvo en otro lugar celebrándolo quizás como y con quienes le aconseje. Sea cual fuese el caso, espero no deseo tener que esperar 2190 días para reconocer un grave error y seguir alejando mas gente vital por culpa del orgullo o temor.

Saben, aquella vez en el muro de la casa me quede helado, escuchando “Si tú no vuelves” de Miguel Bosse, dudo mucho que la protagonista de la primera historia le pida a alguna estrella que le cuente como estoy (Tal como dice la canción); pero sólo por si la estrella es requerida alguna vez. Psss… estrella confiésale que el chico creció, aprendió y ahora de cuando en cuando canta trátame suavemente; aunque claro ya no a ella.

El Mayki
* Veranillo: Dicese de estación media extraña, propia de la Ciudad del Cusco.

lunes, 12 de noviembre de 2007

Puto ¿Yo?

Uff… no se de donde saque piernas, ni cuerpo para llegar hasta la barra del bar donde supuestamente trabajo y ver esta chica con cara de Colombiana, que con inusitado interés me pedía tomar unos néctares con alcohol y tener un Sábado entretenido.

Sinceramente, no daba un paso mas, la alarma del celular sonaba insistentemente mientras mi mente se rehusaba de dejar la paradisíaca isla donde al lado de desconocidos meneábamos los cuerpos en trensito al mejor estilo de los Picapiedras. Fue en el preciso momento que brindaba con “Cuchi Cuchi” que reaccione, que la Colombiana volvió a mi mente y luego de las disculpas del caso llegue con 45 minutos de retraso a su lado. Que vergüenza, ella conocía de mi fatiga, pero no se puede, no se debe, dejar a una flaca en un bar sola por tanto tiempo.

Habíamos pasado algo de tiempo juntos en los últimos días, sin embargo saco de la galera, no se si motivada por el enojo, una frase que de verdad me ha hecho sentir pusilánime, despojo de sobras humanas y totalmente pufi. Tu eres Pendejo ¿no?... Osea Puto. ¿Yo?

Puto ¿Yo? ayy eso dolió, no hace mas de un mes una amiga, me dijo lo mismo, aunque aquella vez lo tome con cierta gracia y reconozco que me levanto el ego. Pero dos veces en menos de un mes, si duele. Después intento arreglarla. Eres de los que tira la red y a ver que pesca.

Increíble, que diría mi Madre de mi, aquel mozuelo de lentes grandes, raya al medio, torpes movimientos y pésimos modales, luego de 9 años es todo un monstruelo, acusado sin pruebas fehacientes, de ser un usurpador de besos y tal vez algo mas. Cuando de seguro sea el mismo torpe galán de los 90 y que conoció el amor tal vez de forma casual y por mera champa. Debo reconocer que algo aprendí, sin embargo aún mi mente se suele enturbiar cuando algunas fibras cardiovasculares (no se si existirá el termino, pero suena bonito) se entumecen y no drenan correctamente la sangre, produciendo mas de una vez que saque alguna torpeza de mi galera.

La verdad a veces no entiendo a mucha gente, hasta hace algunos meses era tildado de ambiguo por disfrutar de los fines de semana junto a mis poco refinados amigos y en menos de 3 meses, tengo nueva denominación de origen Pendejus Putesquil, deje de ser Roquete Chisiricoxorox y me convertí en una versión obesa de banderas y con estilo de Luis Miguel.

Esta ciudad tiene un poco de todo, por ser tan pequeña y fuera del ambiente brichero es una olla de grillos con chullo: los que hemos tomado la decisión de alejarnos de las discotecas para gringos, nos encontramos constantemente en cual fiesta se organiza. Las mismas personas, los mismos abrazos y caricias repetitivas, las promesas incumplidas de encontrarnos en la semana y claro esta la reputación de puto cazador que se incrementa como pop corn en aceite hirviendo.

Gente, no soy puto, si alguien me manda una foto en un chape maldito, prometo publicarla sin desparpajo, sin ningún tipo de censura y con la hidalguía de un puto al descubierto. Es mas creo ser de los giles que guarda hábitos mientras su corazoncito esta de luto.

Si bien es cierto ya no guardo luto a nadie, ni a las mas amadas, eso no me convierte en amante de una noche. Sin embargo, también se escuchar… y no me gusta que piensen que intercambio fluidos con cualquier fémina. Por la Sarita.

El Maiky

miércoles, 24 de octubre de 2007

La Luna, las estrellas y el vagabundo


Desde chico siempre he detestado caminar, sin embargo pasear de noche bajo la noche bajo la protección lunar es algo diferente. Cuando es menguante, su leve luz permite ver los matices de los rostros así como esas sombras caprichosas que ilusionan. La traviesa esfera gira día tras día e ilumina con mayor intensidad el oscuro cielo de la ciudad e invita a dejarse capturar por su inmensidad, a envolverse con su magia, convertirse en bandido y capturarla suavemente para entregársela a ella, sólo ella.

Las pequeñas, empedradas y cómplices calles tienen casi completa la escena y cuando utilizo el casi es porque, más de una vez intente seguir el sendero sin ella pero nunca era suficiente. El silencio saturaba los sentidos, la necesidad de encontrar una sonrisa como feedback se diluía en el aire y tan sólo un cuadrúpedo de cola alegre se ofrecía a ser mi compañero en la apacible noche.

No fue hace mucho, que aquel lanudo y pulgoso canino se cruzo por mi camino; su mirada inocente contrastó con su imprevista aparición. Era cerca de las 3 de la mañana y la ausencia de taxi me deparaba una interminable caminata, sin embargo el chusquerman (sic) parecía necesitar alguien con quien conversar telepáticamente. Y así fue, mi casual acompañante me explicaba lo jodido que era pasar la helada en la calle, de los incontables padres nuestros que tenía que ladrar luego de ingerir un pedazo de carne que casualmente encontraba en su andar. De mi parte inicie la historia de siempre, con el lujo de detalles cansinos y con ese positivismo muchas veces entristecedor. Me sentía bien de alguna manera, teníamos mucho en común; el veía a su viejo muy de vez en cuando y sus hermanos estaban cerca pero lejos a la vez; de alguna manera la calle le había enseñado demasiado y disfrutaba igual que yo de aullar a la luna.

Por un momento me olvide del taxi y continuaba con mi relato, le pedí un consejo ligero y al bajar la mirada ya no estaba a mi lado volteé y lo encontré acicalando sus pulgas, con la lengua fuera y realizando un movimiento horizontal extremadamente placentero con su cola. Me conecté nuevamente con la realidad y comprendí el mensaje.

Trotó rapidamente a mí y se acomodo en sus patas posteriores con la misma mirada con la que iniciamos nuestro encuentro, sonreí unos segundos y telepáticamente agradecí su consejo: “La vida puede ser dura, pero a veces es tiempo de despulgarse y ser feliz”.

Al poco rato, concluimos que era mejor que el retornara a su barrio y yo me acercara al mío. Pasó un taxi y no levante la mano, el taxista sin embargo sobreparó; bajo su luna e insistió en llevarme: Choche, tu perro también puede subir… me dijo el conductor. Agradecí el noble gesto y con un movimiento de mi cabeza de mi parte y el de la cola de mi buen amigo lo dejamos partir.

Segundos después con la luna de espaldas pero iluminándome el sendero continué mi camino, el luego de cumplir con la misión encomendada seguía el suyo. Deje de mirar la luna y me di cuenta que en el cielo existían también estrellas, tan tintineantes y maravillosas; que tan sólo había que mirarlas bien para ver como es que se acercaban, que ellas también eran planetas y satélites con luz propia y que irradiaban vida.

La semana pasada fue una montaña rusa de sentimientos y a diferencia de ocasiones anteriores, creo que esta vez no bajare del coche; entregare mi segundo boleto y disfrutare del paseo; quizás cuando acabe la segunda vuelta algunas cosas se vean con mayor claridad.

No es que no desee ver la luna nuevamente, que no desee sentarme en algún mirador y reírme de la nada sin parar. Al contrario volvería a caminar por La Cultura (Versión miniatura de la Javier Prado) una y mil veces más, me perdería en el pedregado San Blas y hasta volvería pie de la Universidad. Pero creo que es tiempo de empezar de escribir una nueva historia, rescatando parte del pasado pero buscando un nuevo argumento.

Buenas noches… abrígate por favor.

El Mayki

Me olvidaba… gracias Firulais

domingo, 30 de septiembre de 2007

¿Inocentes?

A ver... Las chicas tienen una peculiar forma de sonreir cuando alguna propuesta telefónica les suena por demás interesante. Esa inclinadita de cabeza pícara junto a la risita forzada, es el indicativo que están listas a realizar alguna travesura. Es genial estar del otro lado de la línea e imaginar a tu angelita realizar este ritual. Sin embargo cuando tu flaquita inclina su cabecita (según ella completamente encaletada) y le da alas al desconocido que esta al otro lado de la línea, frente a tí, es una huevada.

Lo mas gracioso sucede cuando tu love, afán o amiga cariñosa se ve descubierta. Ja, insofacto ella te toma de la mano y suavemente te susurra: “Es mi primo” Ja, Ja, Ja tres veces Ja. He escuchado de todo: Mi hermano, mi código, ¿Te acuerdas de mi amiga Techi?, aunque la que mas me gusta es la de: Es José, mi amiguito. Esa supuesta piltrafa humana por la cual, según nuestras lindas mujeres, nosotros no debemos de preocuparnos. Ese gil tan inofensivo que ve en nuestras ricuras, a una amiga tan intocable como a su madre o a su hermana. (Saco del grupo a las Primas, porque más de uno o una ha tenido su encontrón con la hija de la tía).

Hoy el gran Master… me dice: “Las mujeres a veces pecan de inocentes” la verdad que tengo para meditarlo un par de días. Aunque cuando a un hombre las babas se le chorrean con perro Bulldog, mi cerebro se estruja, embrutece y hasta colapsa por no comprender como las chavas se desentienden del asunto. Alguna vez he tenido más de una discusión por el bendito amiguito, es más muchas veces he sido el amiguito buenón que tan sólo ve en la enamorada de otro a su hermana y he terminado en incesto premeditado. Por tal razón no es que desconfíe de las mujeres, sino que no menoscabo las estrategias varoniles que se carburan desde que los hombres producimos esperma.

Luego del chape sorpresivo, ella no puede observarte… mientras que tú colocas una de las caras más hipócritas del mundo y al cumplir el primer mes le confiesas tu estratagema con lujo de detalles y ella con la yuca dentro, tan sólo te abraza por haber conquistado su amor con tal paciencia e inventiva. No crean, que es sólo una visión completamente individualista del tema, para los que me conocen saben que suelo ser buen oidor (No por el tamaño de mis orejas) de estas historias. ¿La razón? Es divertido escuchar estos embrollos de un amigo o conocido, el problema es cuando el protagonista eres tú.

Y quien más que el cine para recoger estas historias, admito también que algunas de mis conquistas fueron realizadas a las magistrales enseñanzas de Alan Sandler, Tom Cruise e inclusive el torpe, pero efectivísimo, Woody Allen me dejo más de un recurso, sin embargo en ellas los amiguitos son los héroes del largometraje. ¿Recuerdan muchos filmes donde se narre la historia del partido o cachudo? Son muy pocas. Y aunque para algunos que leen este Blog piensen que estoy escribiendo esta historia con mi lima en mano, despreocúpense, tan sólo he dado rienda suelta a mi voraz imaginación.

La niña del celular no es mi novia y no deseo que lo sea, pues este comportamiento no es atípico en ella y después de tantos tratamientos cardíacos sería masoquista de mi parte exponerme nuevamente a algo así. Aunque como dice mi buen amigo Chato Carsa, con las nenas nunca se sabe. Y tal vez tenga razón, pues durante mi recorrido hacía la base tres no he dejado de ver a los benditos amiguitos irrumpir con su mano consoladora y hombro disponible, para joderla una y otra vez.

Espero no volver a terminar una noche discutiendo y mordiendo mi bronca por mi particular forma de hablar; creo que fue una maldición de la Laynes (Ricura de los años 90 que con su belleza me encandilaba desde los Ochentas y a la que arranque algunas caricias siendo el amiguito, dándome el estreno en las lides partidoras) pues ella me enseño a ser bestia muchas veces al expresar algunos sentimientos.

Eureka… lo descubrí, fueron celos, no se si fundados en la realidad, pero si sostenidos en el pasado y reafirmados por mas de una experiencia exitosa a lo largo de estos años. Y aunque se que eso no me exime de culpa por joderme la noche y joderla a alguien mas. Al menos ya encontré la raíz de problema. La pregunta es: ¿Las mujeres pecan de inocentes?

sábado, 22 de septiembre de 2007

Mi fiesta de cachimbo


Nunca tuve fiesta de cachimbos ni mucho menos me cortaron el cabello cuando ingrese al IPP, si mal no recuerdo, chape mi combi y me baje a la espada del histórico Cine Orrantia y acompañado de mi walkman me dirigí a la puerta del local principal y ver de atrás para adelante mi nombre. No estudie mucho, es más creo que mi viejo a propósito me dio permiso para un campamento scout, con la esperanza de que no estudiara nada y no ingresará, así podría el insistirme con la carrera de Derecho.

Ingrese y nadie me tiro un huevo ni harina; ya en el primer día de clases me di cuenta de que nadie se emocionaba por el ingreso. Creo que los Publicistas no exteriorizamos nuestras emociones más profundas con facilidad y de alguna manera nos encanta el acartonamiento.

Algunos años después, esta ciudad me puso en una nueva fiesta de cachimbo, con la diferencia a la de años atrás, que en está conocía a una buena parte de la discoteca. De arranquín una flaca estaba con una minifalda, realmente espectacular. Sus Veinte primaverales años contrastaban definitivamente con su apariencia y si a eso le sumamos las luces y el humo, por momentos pensaba que estaba en el paraíso.

Era mi primera fiesta como profe y de verdad que no sabía porque acepte la invitación, quizás por miedo a perder mi chamba o por tan sólo callar a ese diablillo que con colita en mano se paraba en mi oreja izquierda y no dejaba de mencionarme la palabra Gay. Obviamente accedí a las exigencias de Belcebú y provisto de una camisa negra putona, me dirigí al Downtown (Hoy convertido en Puticlub). Ya en el tono la tía Karina con su cerquillo ochentero me daba la bienvenida y provista de un cubita libre movía sus pies impacientemente esperando algún tema de Virus, Prisioneros, Enanitos Verdes o una de Niche.

La fiesta en un inicio me parecía extremadamente tranquila, los chibolos en sus grupitos y yo mas aburrido que una planta. La flaca de mini se esfumo y en el escenario el negro “Chis Trees” se meneaba con una flaquita que me dejaba impactado. La banda soltaba unas cuantas clásicas del sabor, las Quillabambinas se contorneaban por la pista central y una que otra nenita intercambiaba fluidos bucales en plena pista, ante mi estupor.

¿Me agarre alguien de esa fiesta esa noche? No pes… no sean sucios… aún eran niñas. Esa noche me fui temprano bastante sorprendido de lo que observe y por momento me sentí un vejestorio. ¿La flaca de la mini? Bueno, Me regalo un par de bailes y puff humito, humito… desapareció. Y este pechito galante y seductor se fue a su hogar con la conciencia tranquila.

La fiesta siguiente me agarro enamorado, pero mi pata Chinito, recién llegado de Lima, y como buen limeño de estreno lustraba el piso con sus pasos en cada salsa braaaavaaa, esta vez si lleve a todos mis amigos: Chato Carsa, PP, La Jechu aunque esa noche se graduaron de Losersss. A excepción del FEO que luego de fungir de defensor de nenas magulladas se fue con una hija de Eva a comer el fruto prohibido.

¿Que si hubieron historias calententonas? Porsupestacion, desgraciadamente este blog es muy público para soltar nombres comprometedores, sin embargo puedo brindar generalidades de una en particular (Ojala y no me boten, Viva la libertad de expresión, Carajo). Por suerte ella ya no esta y algunos no la recuerden de aquí a unos años. Pero esa nena crecidita tenía todo lo que un pata podía desear, un frontis monumental y una posaderas que curaban la tortícolis de profes y alumnos. Su apariencia y voz complaciente, contrastaban con su meneo. Y es que con todos esos atributos más de uno deseaba que ella le cortara el cabello pero de mañana y entre sabanas ya no tan blancas.

Si pes esa Chata era una bala, ya no arranca suspiros de nenes y tios arriolas en las discos, pero estoy seguro que más de uno de graduó antes de tiempo con ese monumentito.

¿Si yo pase por allí? Por desgracia no, quizás por ello me tuvo bronca o simplemente le caía mal. Igual dejen que mi orgullo crezca un poquito.

Ayer hubo fiesta de cachimbos, debe ser ya la numero 7 desde que vivo en el Cusco y tal vez sea la última (Siempre digo lo mismo). La flaca de la mini reapareció así como por arte de magia y talvez algún día cuente sobre la noche de ayer. Por el momento aparte del dolor de cabeza por las Barenas y la pena de que zarpe en crucero, sea lo único pesado del día, por lo demás la estoy pasando rebien.

El Maiky